La verdad
acerca de si escuchar música al trabajar aumenta la productividad
Rollo
Después de reflexionar mucho tiempo acerca de la tesis de
que si escuchar música al trabajar en cualquier oficio o tarea influenciaba
algún aspecto ya sea positiva o negativamente, di paso a iniciar una
investigación sobre este tema.
La música tiene sus
inicios en épocas de la prehistoria, mucho antes de que el hombre aprendiera a
comunicarse con un lenguaje desarrollado y a través de escritos. El hombre empezó
a comunicarse con sonidos simples que hacía con cualquier objeto o con su
propia voz, el conjunto de estos sonidos dieron paso a melodías simples.
A través de toda la historia el hombre ha utilizado la música
más que cualquier otro arte, ya sea con fines religiosos o de entretenimiento
etc. Lo cual nos lleva a la primera interrogante ¿La música tiene algún efecto
en el ser humano como para ser utilizada en todo momento?
Actualmente la mayoría de las personas principalmente los
adolescentes escuchan música para realizar alguna de sus actividades cotidianas
ya sea correr, bañarse o en algún trabajo etc. ¿Por qué lo hacen?
Según un estudio realizado en países europeos por Logitech
una empresa dedicada a la electrónica que fabrica accesorios para computadoras fundada
en 1981 en Suiza, escuchar música es el mejor método de concentración y
relajación en el trabajo. Los trabajadores encuestados afirman que escuchar
música en el trabajo es fuente de inspiración, aumenta la productividad y
reduce el estrés.
Nietzsche lo dice de una extraordinaria manera: “Si en el
mundo no existiese la música, la vida sería un error”.
“La música puede convertirse en el peor enemigo del estrés.
Los efectos positivos de la música relacionados con la parte emotiva, cognitiva
e incluso física del ser humano, son una realidad contrastada. Desde tiempos de
Mozart, quien afirmó que la música clásica ayudaba a los niños a incrementar su
memoria, hasta nuestros días, la música ha tenido efectos positivos en el
comportamiento. ”, afirma la prestigiosa psicóloga Linda Papadopoulos.
La psicóloga Linda Papadopoulos dice: “el gusto musical que
tiene cada ser humano es sin duda la mejor guía para incrementar el rendimiento
y relajarse mejor. Sin embargo, y en términos generales, los tempos altos de la
música Pop probablemente contribuyan más a la motivación y a la eficiencia,
mientras que la música clásica es el mejor método para concentrarse”.
“La música proporciona la banda sonora de nuestras vidas.
Nos trae recuerdos, nos levanta el ánimo y tiene un efecto muy positivo en el
modo de comportarnos con los que nos rodean, tanto en el entorno personal como
empresarial”, concluye la psicóloga Linda Papadopoulos. ¿Y todo esto por qué?
Eric Jensen remarca el hecho de que la música es una parte
esencial de la vida humana y que la respuesta hacia ella podría estar
entretejida en nuestro cerebro. Él dice que en el libro “La música, La Mente y
el Cerebro” por Manfred Clynes, Ph.D. (1982), Clynes explica cómo la música
compromete a nuestro cerebro en su totalidad. La estructura, los intervalos, la
calidad y el timbre armoniosos de la música y los patrones temporales de largo
plazo son reconocidos por nuestro hemisferio no dominante (en la mayoría de
nosotros el derecho).Por otro lado, las signaturas de corto plazo de la música
como el volumen que cambia rápidamente, la trayectoria exacta y rápida del
tono, el tempo y la letra son reconocidos por el hemisferio dominante (en la
mayoría de nosotros el izquierdo).
Jensen nos dice: “El impacto de la música también puede
sentirse en nuestro latido del corazón, con la medida de nuestro pulso, que
tiende a sincronizarse con el compás de la música que estemos oyendo. Cuanto
más rápido el compás de la música, más rápido nuestro pulso”.
De acuerdo con Jean Houston, Ph.D., la música eleva la
estructura molecular de nuestro cuerpo. En otras palabras el cuerpo tiene su
propia longitud de onda molecular estable. La música tiene sus propias
frecuencias vibratorias que o resuenan o chocan con los propios ritmos de
nuestro cuerpo, cuando los dos resuenan en la misma frecuencia nos sentimos “en
sintonía”, es ese momento en el que recibimos mejor la información y aprendemos
más.
Según Howard Gardner en su libro “Estructuras de la Mente”
(Frames of Mind) (1983), muchos científicos creen que “si pudiéramos explicar
la música, podríamos encontrar la clave para todo el pensamiento humano.
En el libro “Aprendizaje Basado en Cómo Aprende el Cerebro”
(Brain Based Learning) por Eric Jensen, aprendemos que en un estudio realizado
con estudiantes de diferentes edades, imágenes generadas por computadora de la
actividad cerebral revelaban similitudes increíbles con las notas musicales de
las piezas compuestas por Mozart.
En un estudio realizado por la investigadora Frances
Rausher, Ph.D., se averiguó que el momento en que escuchamos música también es
importante, ya que durante este estudio descubrieron que aunque el efecto de
escuchar la música de Mozart diez minutos antes de tomar la prueba demostraba
una mejora en el razonamiento de los estudiantes, el efecto sólo era temporal y
que tenía una duración de 5 a 15 minutos, y que aunque escuchar Mozart antes de
la prueba era valioso, si se escuchaba música durante el examen había una
decadencia en el razonamiento de los estudiantes.
Después de leer esta información pienso que las escuelas o
ambientes de trabajo deberían informarse sobre los efectos de la música en el
cerebro de las personas al momento de trabajar para tener una mejor
productividad y razonamiento en los estudiantes o en los empleados dependiendo
el caso.
Pienso también que cada persona debe ser responsable con el
momento en el que escucha la música que acostumbre, informándose del momento
adecuado en el cual poder hacerlo y autoconociendo sus gustos musicales para
lograr un efecto mayor.
He llegado a la conclusión que es recomendable no abusar de
este conocimiento y usarlo con medida, además de que cada persona define su
gusto musical.
La música está presente en nuestra vida casi todo el tiempo
por eso es importante saber aprovecharla al máximo en todos los aspectos
posibles.